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El alma sin ser física es sustanciosa y cuando estamos en contacto con ella, el cuerpo se siente con consistencia y densidad.

Es la conexión del alma  la que genera sentimientos y pensamientos que están alineados con las verdades que existen más allá de los condicionamientos.

 La desconexión de nuestra alma crea una ausencia, un vacío, una sensación de que no hay consistencia, densidad o firmeza que nos sostenga.
Esta sensación genera miedo, inseguridad, desorientación, dependencia, ausencia  de valor propio y de pertenencia.

Con las herramientas de transformación se trata de actualizar las sustancias que dan presencia a estos aspectos. 

Aprender a desplegar algunas cualidades esenciales como la paz, el amor, la compasión, la confianza, la sensación de valor propio, la seguridad,  la liberación de traumas y emociones e incluso la creación de nuevos patrones neuronales para liberarnos de creencias limitantes.